lunes, 29 de agosto de 2022

Invisibles


Invisibles

Eduardo de la Serna




Hace muchos años acompañé a una persona a despedir los restos de su hija única al cementerio de la Chacarita. Allí hice una oración. Al terminar, me pidieron si podía dejar, a mitad de camino a una familiar, cosa que hice sin dudarlo. Mi acompañante no paró de hablar, y no hacía sino hablar maravillas de personas que están en las antípodas de mis convicciones. Ella daba por supuesto que yo coincidía en un todo con sus apreciaciones. Seguramente habituada a moverse sólo en un ambiente de “gente como uno” no podía siquiera imaginar que yo no coincidía en nada con ella. Se despidió agradecida del viaje, pero se despidió sin siquiera enterarse de lo que opinaba su ocasional acompañante, que vendría a ser yo. Si coincidía o no, no le importaba… Simplemente yo no existí. Solo fui conductor… su chauffeur.

Ya sabemos, desde hace años, que uno de los modos más habituales de violencia simbólica es la invisibilización. Se esconde una villa miseria (“ciudad oculta”), se esconden las mujeres en el plural masculino, se esconden los pobres en los genéricos despectivos (el más frecuente es “negros”, pero los hay en cantidad). Esconder es negar o no tener en cuenta. No importan, “todo el mundo” los desprecia; “no existen” … Obviamente que así es prácticamente imposible toda convivencia, diálogo o paz social.

Esta semana tuve que hacerme anteojos nuevos. Fui a la óptica que me recomendó la oftalmóloga, en plena Recoleta. El que atendía, muy cordial, por cierto, muy educado, se deshizo en agravios despectivos contra los que andaban cerca, en la casa de Cristina. No le interesaba en lo más mínimo la posibilidad de que yo estuviera o no de acuerdo con él; daba todo por supuesto… o, caso contrario, no le interesaba en lo más mínimo. El que podía pensar distinto, que en este caso vendría a ser yo, no le interesaba. No existía. Después de pagar, lo saludé y mintiendo (porque iba a otro lado) le dije: - “Chau, hasta luego. ¡Te dejo porque voy a hacerle el aguante a Cristina!” Y me fui.

 

Imagen tomada de https://orekan.pe/nuestro-blog/f/personas-invisibles

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.