Fiesta de Quilmes (14 de agosto 2022) *
Hoy nos
reunimos para “hacer historia”. Quilmes es historia. Historia del crimen contra
los indígenas que dieron nombre al Partido, historia de la resistencia contra
los ingleses invasores, historia de surgimiento de empresas por doquier y de
pobreza con asentamientos urbanos por todas partes. Hacer historia es no
quedarnos dormidos cuando esta pasa delante nuestro, y ponernos de pie para
caminar juntos y juntas.
Hay mucho
por hacer en Quilmes, en el país, en el mundo… Hay guerras (no una sola, por
cierto), hay calentamiento global, hay incendios provocados por la mano humana
y los bolsillos inhumanos, hay sequía, hay basurales inmensos y empobrecimiento
creciente en el mundo entero por la crisis energética, la escasez de alimentos y
una inflación galopante. Y eso repercute también en toda nuestra Patria, y en
nuestro Municipio, porque no somos una isla, por cierto. Por eso es
indispensable enfrentar la realidad, ser “honrados con lo real” y confrontar con
los desafíos mirándolos a la cara y haciendo nuestras las causas de los pobres.
Los desafíos hoy tienen nombre y rostros, en comedores y en cooperativas, en
víctimas de la violencia y en abrazos compartidos, en mirar Quilmes del este al
oeste, y también en soportar las embestidas de la nada y contemplar las
sonrisas de los niños y las niñas.
Es verdad
que la historia muchas veces hay quienes la disimulan y así, reducen a los
aborígenes, esconden la Reconquista y hasta celebran los bombardeos en la Plaza
de Mayo y niegan los 30.000. Por eso a la historia debemos “hacerla”, la
historia es militancia de ayer, resistencia de hoy y esperanza de mañana. Los
que creemos en Dios, mirando la historia vemos un desafío, un compromiso, una
utopía para andar; los que no creen en Dios, mirando la historia, ven un
desafío, un compromiso, una utopía para andar. No faltan quienes prefieren
vallar la historia, ocultar la memoria o imprimir animalitos; los que eligen
reprimir a otros indígenas y a quienes los acompañan, apalear jubilados y
felicitar a asesinos por la espalda y disimular un submarino hundido; no faltan
quienes sostienen que podemos tener la libertad de morirnos de hambre si no
queremos vender nuestros órganos o incluso vender a nuestros propios hijos. Pero tampoco faltamos quienes al mirar Quilmes
traemos al presente indígenas desplazados, ingleses expulsados, desaparecidos
recordados. Y los traemos al presente para que al “hacer historia” no repitamos
crímenes del pasado, sino que miremos a todos aquellos y aquellas que con
pasión y coraje soportaron el rechazo y el odio de unos pocos con poder, y nos
muestran rumbos para que hoy seamos capaces de llevar sus nombres como bandera
a la victoria.
Quilmes es
un desafío. Pero no de ese emprendedurismo meritócrata que exaltan los que
nunca mostraron mérito alguno, sino el desafío de mirar a la cara a un pueblo
para reconocer sus fiestas y duelos, sus gozos y esperanzas, dolores y
angustias. En especial los de los pobres (que no son pobres por desidia, sino
porque para algún modelo sobran y solo cuentan para votarlos y son despreciados
cuando no lo hacen); en especial de una justa distribución de los bienes. Es un
desafío de caminar juntos y juntas con nuestras diferencias y desacuerdos, y
también con encuentros y proyectos de vida, de amor y de justicia (esa que está
ausente en tantas partes de nuestra patria transformándola en show mediático, o
que se decide en una cancha de paddle o de fútbol entre amigos).
Creyentes y
no creyentes estamos invitados e invitadas por Quilmes y en Quilmes a crear. A
ser creativos para que vivir valga la pena, para que vecinos y vecinas,
hermanos y hermanas puedan mirarse y hasta celebrar las diferencias porque nos
une la vida y la esperanza, una tierra nuestra, de todos y todas. Una tierra
donde queda mucho por hacer, y donde no faltan los palos en la rueda de los que
ayer sólo mostraron un vacío de obras y de ideas. A lo mejor, así solo pretenden
evitar la comparación, lo que es entendible, y para eso pretenden robarnos la
esperanza… Pero otros estamos hoy aquí, mostrando, con nuestra presencia, que
somos muchos los que creemos, esperamos y amamos un Quilmes distinto. Porque
queremos animarnos a la osadía de enfrentar la injusticia, la desigualdad y de
aceptar los desafíos de transformar un Quilmes de márquetin en un Quilmes de
vida. Otro Quilmes es posible.
Quisiera
hacer memoria de un grande de nuestro municipio. El obispo Jorge Novak [aplausos], uno que
mostró a creyentes y no creyentes la centralidad de los pobres, el encuentro entre
todos y todas, la salida a las calles y barrios y la militancia por los
derechos humanos; uno que acompañó a quienes pretendían su techo y su tierra,
uno que marchó contra el hambre diciendo que el neoliberalismo es ‘un genocidio
por goteo’, uno que abrazó a Madres y Abuelas que buscaban a los suyos
desaparecidos. Pero uno que reveló, como lo sabemos desde El Eternauta, que no
hay héroes solitarios sino colectivos. Y por eso sabemos que es como quilmeños
y quilmeñas, colectivamente, que debiéramos caminar militando para que el amor
venza al odio, la solidaridad a la indiferencia, y para que sea verdad, ahora y
siempre que “la patria es el otro”, otra, otre…
* Palabras dirigidas a los presentes con motivo de los 356 años del distrito municipal de Quilmes
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.