lunes, 11 de junio de 2018

Mi opinión no interesa


Mi opinión no interesa


Eduardo de la Serna



En una semana clave para la votación en favor del “aborto seguro, legal y gratuito” yo no he hecho expresa mi opinión, simplemente porque creo que a nadie debería interesarle la opinión de Fulano o de Mengana. Creo que es irrelevante. Y algo semejante me ocurrió en el debate por el “matrimonio igualitario”. No importa mi opinión, deberían importar los argumentos. No es importante que Zutano esté a favor o en contra sino los motivos por los que lo está.

En su momento recuerdo haberles dicho a algunos que, si estaban en contra del matrimonio igualitario, den argumentos. Buenos argumentos. Incluso, con un grupo de curas nos manifestamos públicamente formulándonos preguntas con la convicción que los argumentos dados en contra no tenían solidez alguna. Algo semejante dije ante el debate en favor o en contra del aborto. En lo personal – y lo reitero: “personal” – no me dicen nada, y hasta me molestan, los slogans que pretenden ser efectistas, tipo “calle o Pepe”, o mostrar un fetito. En lo personal quiero escuchar argumentos para aprender, y para mejorar o modificar mis opiniones. Es verdad que pueden servir – por efectistas – para conseguir votos de legisladores (lo cual, en mi opinión, habla bastante mal de ellos) pero yo quisiera escuchar argumentos.

Ver que, para oponerse al aborto aparecen slogans tipo “vale toda vida” o “salvemos las dos vidas”, debo decirlo, me molesta y me parece vacío. Además de que el paso de “toda” a “dos” me revela que “otras vidas” fuera de esas dos ya no son tenidas en cuenta: la vida de los tripulantes del San Juan, la vida de los desaparecidos, la vida de Santiago y Nahuel, la vida de los senegaleses y los pibes chorros, y miles y miles más ahora dejó de valer. Valen las dos, sin que – además – quede claro qué se va a hacer por la vida digna, justa, sana, feliz de la madre a la que se la obligará a tener un hijo no deseado. Y – entre paréntesis – me formulo otra pregunta: en el pobre video episcopal sobre el tema, una autocrítica que se hacen es que no supieron acompañar a las mujeres que abortaron. Es decir: ¡hay abortos! Abortos ilegales, pagos e inseguros. Pero hay. Es decir, hay y habrá; ¿o leí mal?

Y me sigo preguntando: no me parece que el proyecto sea una ley que obligue al aborto (algunos pseudo-argumentos en contra parecieran “corrernos” con la imagen de que es una ley que impide los nacimientos), que hay muchísimos elementos que se podrían tener en cuenta “antes” (claro que en el momento de la mujer frente al aborto ese “antes” no existe, pero pensemos en el antes para la ley, no para las personas): por ejemplo educación sexual (buena, libre, seria, gratuita), y buenas políticas de salud (el tema es que si un ministro reparte preservativos y lo quieren tirar al mar con una piedra de moler se vuelve algo complicado todo ¿o no?). Pero escuchar, por ejemplo, que muchas personas que dicen que “vale toda vida” reclaman pena de muerte, o felicitan a los chocobares de esta tierra, o que reclaman salvar “las dos vidas” y se despreocupan de leyes o acuerdos fondomenetariescos que empobrecerán a miles y miles de madres, todo eso me parece cínico e hipócrita. Es evidente que quieren salvar la vida futura del embrión, pero ¿cuáles son las propuestas concretas para salvar la vida de la madre? Concretas. De salud, de alimentación, de educación, de trabajo digno, de felicidad. Que puede haber miles de instancias antes de llegar a un aborto no tengo la menor duda; pero en su gran mayoría son previas a la decisión de la mujer de recurrir al aborto por A, por B o por Z. Pero sería interesante saber qué se propone y con qué probabilidad de suceso.

Recuerdo en las instancias previas al mundial 78 que un tema de debate era que en lugar de destinar dinero a refaccionar estadios se debía aprovechar para el hospital Rawson, que estaba amenazado de cierre. Estadios o Rawson, era el debate; la inefable revista Gente, totalmente funcional a la Dictadura, dirigida por el no menos inefable “Chiche” Gelblum decidió y sentenció: “Estadios y Rawson”; y sonaba lindo. Solo que se hicieron los estadios y se desmanteló el Rawson que quedó transformado en el geriátrico más grande la de ciudad. Lo de las “dos vidas”, la madre y el hijo, me recuerda a aquello. Y haya o no ley de aborto seguro, legal y gratuito, quisiera que haya ¡ya! políticas en favor de las madres. Pero no las veo ni en marcha ni en proyecto y, además, sospecho que los defensores de las dos vidas, si se logra frenar la ley, mañana descansarán en paz y nada harán para salvar “la otra vida” digna. Mujeres abstenerse.

Debo decir, entonces, que en el debate en el Congreso y lo que trascendió por los medios, de parte de los/as “antiabortistas” los argumentos me parece que estuvieron ausentes. De parte de los que estuvieron a favor, salvando algunos golpes efectistas, me parece que hubo argumentos. Pero me sigo haciendo preguntas. Y, además, Laura, de 16, está a punto de ser mamá y su vida cambió para siempre; me hubiera gustado que su futuro fuera distinto, y creo que a ella también.


Ya había publicado este texto cuando me aparece una reunión con la directora del UPA del barrio. Como Scioli quería ser presidente, a pesar que no había hecho nada, creó varios UPA (Unidad de Pronta Atención, copiados de lo que hizo Lula). La cosa es que a pocas cuadras de la parroquia tenemos un UPA. Y la directora se encuentra, ahora, con que la catoliquísima Mariu Vidal (la misma que no quiere inaugurar los varios hospitales listos para estrenar) le redujo el presupuesto a la mitad. Por ejemplo, ¡¡¡no hay pediatra!!! y me pregunto: eso de salvemos las dos vidas es una broma ¿No?

foto tomada de https://www.ventamagia.com/panuelos/58-panuelos-de-seda-60-x-60-silks.html

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. No voy a repetir puntualizando del texto cuáles son las cosas son con las que me siento más identificada. Lo resumiría con http://3.bp.blogspot.com/-U36xrurZXQc/UaXsivyFQMI/AAAAAAAAUKs/gBcE04sVy7Q/s1600/IP8.jpg haciendo la salvedad de que hoy el cartel es "Vale toda vida" y ante la inminencia del 13 "Salvemos las dos vidas".

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