viernes, 7 de abril de 2023

Había una vez… un 7 de abril

Había una vez… un 7 de abril

Eduardo de la Serna



Como se sabe, en un calendario solar, como el nuestro, el año tiene 365 días (y uno más cada 4 años); un calendario lunar tiene 364 días (cada 28 días la luna termina sus fases).

La Navidad cristiana se guía por un calendario solar y por eso cae todos los años el 25 de diciembre. La Pascua, en cambio, se guía por el calendario lunar y por eso cambia de fecha cada año; está relacionada con la luna llena del “primer mes” (primavera del norte), es decir marzo-abril. Dejemos de lado que algo de esto se ve todavía hoy en los nombres de los meses ya que septiembre, octubre, noviembre y diciembre refieren claramente a meses séptimo, octavo, noveno y décimo… por lo que enero y febrero serían los decimo primero y segundo respectivamente y, entonces, marzo sería el primero. El mes lunar que abarca “marzo-abril” era llamado nisán, y, como el mes comenzaba con la luna nueva (es decir, al vislumbrarse el primer “hilito” del cuarto creciente comenzaba a contarse, en la mitad del mes lunar (14 días) se veía la luna llena. Es decir, la pascua se celebraba la primera luna llena del año, el 14 de nisán.

Ahora bien, la luna llena coincide con cualquier día de la semana, y tanto los Evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas) como Juan coinciden que Jesús, que fue a Jerusalén a celebrar la pascua, murió un viernes. Un problema radica en que los Sinópticos y Juan no coinciden en un dato: según los primeros, Jesús celebra la pascua y es capturado y asesinado, por lo que es capturado el 14 de nisán y ejecutado el 15 mientras que en Juan Jesús es capturado en vísperas de la Pascua, por lo que es capturado el 13 y asesinado el 14 de nisán.

Para ser más precisos, entonces, ¿Cuándo hubo luna llena un viernes en torno al año 30? Esto ocurrió en los años 27, 30, 31, 33 y 34. El primero y el último deberían descartarse por motivos históricos de la cronología del Nuevo Testamento (con las reservas del caso, ver Lucas 3,1: “año 15 de Tiberio” y la en ocasiones llamada “conversión” de Pablo no ha de ubicarse después del 33). Así, los años 30 y 31 resultan los probables. La cuestión, entonces, radica en saber si nos parece más razonable la cronología de Marcos (seguida por Mateo y Lucas) o la de Juan. Es sabido que, en ocasiones, Juan, que parece conocer la tradición sinóptica la corrige, amplía o precisa. Veamos un solo ejemplo (no interesa, en este caso, lo histórico, que es dudoso): Pilato indultaba a un detenido por la Pascua, según dicen, y la elección recae en Barrabás. Pero ese indulto tiene sentido si de ese modo el liberado puede celebrar la fiesta, por lo que no ocurriría “en Pascua” sino en la víspera, con lo que nos aproximamos a la cronología joánica. Con las reservas del caso, entonces, la mayor parte de los autores contemporáneos, ven preferible esta última, en cuyo caso debemos ubicar la muerte de Jesús en el año 30. Y, precisando, la luna llena ocurrió (como este año 2023) el 7 de abril. Vaya simplemente a modo de ejemplo, y de coincidencia.


Foto tomada de https://ar.pinterest.com/pin/702350504366398117/

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