jueves, 21 de agosto de 2025

Reyes buenos, malos y más o menos

Reyes buenos, malos y más o menos

Eduardo de la Serna


En el pueblo de Israel hubo un período importante en que fue gobernado por reyes. Como pasa siempre, hubo diferentes gobiernos y diferentes evaluaciones de los mismos. En la Biblia encontramos unos libros que hacen un análisis y evaluación de estos gobernantes: los libros de los Reyes y los libros de las Crónicas; como en la antigüedad estos se escribían en rollos, para que no fueran tan extensos, se escribieron en 2 rollos cada uno, así tenemos 1 Reyes, 2 Reyes, 1 Crónicas y 2 Crónicas. Aunque, en realidad, los libros de las Crónicas copian (a veces palabra por palabra) los de los reyes, por eso son bastante menos conocidos.

Presentemos brevemente los orígenes: a raíz del peligro mortal que representaban los filisteos (de donde viene la palabra “Palestina”), luego de diversas experiencias, más locales, las distintas tribus deciden darse un rey a fin de unificar las fuerzas y enfrentar juntas el enemigo común. Así nos encontraremos primero con Saúl, luego David y finalmente Salomón. Pero a la muerte de Salomón, el pueblo, que se había unificado, se divide en dos, al norte Israel, al Sur Judá. Cada una con su capital, su ejército, sus políticas… y sus reyes. De algunos de estos reyes hemos escrito en textos anteriores. No los mencionaremos acá ya que son muchos: 19 en el Norte y 20 en el Sur.

Cuando se evalúa un gobierno (cualquiera fuere) se suele evaluar alguno o varios aspectos: su política económica, su política cultural, su política internacional, de salud, de paz o guerras, etc. Pues bien, inspirado por la teología del libro del Deuteronomio, los libros de los Reyes evaluarán a cada rey según sea o no fiel al pensamiento de este libro (es decir, no evaluarán otros criterios; a lo sumo dirán que tal o cual situación es consecuencia de la fidelidad o infidelidad a Dios; ver 1 Re 9,4-9). Así, el criterio no será si hubo guerras con otros pueblos o no, sino si el rey era o no descendiente de David; no será la situación económica y la vida o muerte de los pobres, sino si fue fiel al mandamiento de que sólo Yahvé es Dios; no será si hizo obras, caminos, posadas o palacios, sino si alentó con fidelidad o no el culto en Jerusalén, donde estaba el único Templo. Entonces, los distintos reyes serán evaluados como buenos si eran descendientes de David, y si fueron fieles a Yahvé (“como David”) en Jerusalén y enfrentaron las diversas formas de idolatría, o serán malos reyes si alentaron la idolatría o si no eran judíos (= de Judá, el Sur); aunque también hubo reyes “más o menos”, que hicieron bastante bien las cosas, “solo que” no combatieron con todas sus fuerzas a los ídolos (cuyo culto en los “lugares altos” era emblemático y condenado) … Por lo que hemos dicho, y es evidente, sólo los reyes del Sur, Judá, podían cumplir todas esas condiciones ya que los del Norte, Israel, no eran descendencia de David y habían roto con Jerusalén y el Templo. Estos eran todos malos, y algunos hasta "malísimos". El criterio de evaluación es que son “como Jeroboam” (ver 1 Re 14,16), que fue quien, como dijimos – a la muerte de Salomón – rompe la unidad, alienta la idolatría reforzando dos santuarios (en Dan y en Betel; 1 Re 12,28-33) y cambia la capital, que finalmente será Samaría (de donde vienen los Samaritanos). Sólo los del Sur, y solamente ellos, son los que pueden ser buenos, aunque, en realidad, “como David” (ver 1 Re 3,14) estos sean muy pocos: Ezequías (2 Re 18,1-7) y Josías (2 Re 22,1-2). Sintetizando, todos los reyes del Norte son evaluados negativamente, mientras que los reyes del Sur pueden ser positivos o no.

Utilizando este criterio de análisis, los autores dirán – como hemos visto que Dios ha abandonado a su suerte a Israel (el reino del Norte), que lo constituían 10 tribus mientras que permanecía – en el Templo de Jerusalén – en Judá (2 tribus: Judá y Benjamín). Por eso, siempre según este esquema teológico, Israel terminará siendo destruida por los asirios, como consecuencia de su abandono a Dios (ver 2 Re 17,20-23). Unos pocos fieles migrarán al sur. Y desde entonces Israel desaparecerá para siempre (es por eso que el nombre Israel pasa a aplicarse, más tarde, a los sobrevivientes del Sur). Pero como los reyes del sur empiezan a ser cada vez peores (siempre según el criterio teológico del Deuteronomio) la situación se va desarticulando hasta que, finalmente, Jerusalén será tomada, y su Templo destruido por los babilonios (2 Re 24,18-11). Nunca más habrá reyes en Israel desde entonces. Muchos judíos serán exiliados y dispersados, y desde entonces Israel será un pueblo sometido, luego de los babilonios, por los persas, los griegos, los romanos… Los reyes de Israel pasaron a la historia.


Imagen tomada de https://atlasdelabiblia.wordpress.com/cronologia-de-los-reyes-de-israel/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Cualquiera puede comentar y no será eliminado, aunque no este de acuerdo con lo dicho, siempre que sea respetuoso (caso contrario, será borrado). Pero habitualmente no responderé los comentarios, ni unos ni otros, para no transformar este blog en un foro. De todos modos, podrán expresar su opinión.