jueves, 20 de marzo de 2025

Myriam (= María), la profetisa del desierto

Myriam (= María), la profetisa del desierto

Eduardo de la Serna



Antes de presentar a un personaje tan antiguo como Myriam es necesario recordar que en los textos bíblicos hay muchos autores, con diferentes perspectivas y diferentes tiempos de composición. Lo que nos digan, entonces, sobre una u otro personaje debe ser entendido en ese contexto. Una lectura superficial nos impediría descubrir la riqueza que los diferentes autores (o autoras) quieren mencionar.

Para empezar, Myriam es presentada al mismo nivel de Moisés y Aarón: “te liberé de la esclavitud, enviando por delante a Moisés, Aarón y María” (Mi 6:4). Ciertamente esto dice muchas cosas: no solo que María (= Myriam) es puesta nada menos que al mismo nivel de Aarón, sino también de Moisés. ¡Nada menos! Pero además, esto está dicho señalando un rol liberador de María, no es una “acompañante” de otros, es una “enviada” de Dios. Finalmente, esto alude a un momento concreto y fundacional de la historia del naciente pueblo judío, el desierto.

Pero antes de empezar todo, "la hermana de Moisés" (no se dice su nombre, pero lo conoceremos más adelante: Myriam) será fundamental en que su hermano sea "salvado de las aguas" y rescatado (Ex 2,4); no habría Moisés sin ella, sembradora de esperanza que sabe, con astucia y desde su lugar enfrentar al faraón, su poder y sus órdenes para que triunfe la vida.

El libro de los Números presenta una serie de acontecimientos que la tienen por coprotagonista: se nos dice que Aarón y Myriam “murmuraron” contra Moisés. En realidad, las biblias suelen decir “murmuraron”, pero el texto en hebreo dice “murmuró” y está en femenino (Núm 12,1). Esto indica que la que ha protestado es María y, quizás, Aarón haya sido cómplice de esto. Así se comprende mejor la sanción que recae solamente sobre ella. Pero Aarón intercede por ella ante Moisés que a su vez pide ante Dios por su salud. El motivo de la murmuración no es claro porque si bien se dice que es a causa de una mujer cusita (= egipcia, de Kush) que Moisés tomó por esposa, lo que constituye la protesta (y la respuesta de Dios) es que Dios no sólo ha hablado por intermedio de Moisés, sino también de ella (ellos, Núm 12,2). La estrecha predilección de Dios por Moisés (causa, quizás, de los celos de la murmuración) queda expresada en 12,7-8: “con él – dice Dios – hablo boca a boca”, no en visiones o sueños como con los demás profetas (v.6). La ira de Dios hace que María quede blanca de lepra (es bueno recordar que en la antigüedad se tenía por “lepra” toda enfermedad de la piel), de ahí la intercesión de Aarón y luego de Moisés. A modo de castigo “menor” quedará excluida del campamento siete días y luego puede regresar. A este acontecimiento hace alusión Dt 24,9 más tarde.

En la peregrinación rumbo a la tierra, al llegar a Cades, muere María y allí es enterrada (Núm 20,1). Es interesante notar que el pueblo entero no sigue su camino mientras María está excluida del campamento, y todo el pueblo se detiene cuando ella muere. Su importancia es evidentemente central, aunque los textos no lo expliciten (seguramente por ser mujer).

Pero otro texto muy importante (también breve) lo encontramos en Éxodo 15. El pueblo acaba de liberarse del faraón, de su ejército y cruzar el mar y el pueblo canta el triunfo de Dios: “Canto a Yahvé que se cubrió de gloria arrojando al mar carro y caballo… mi fortaleza y mi canción… guerrero…”. Pero al finalizar este canto bélico, se introduce a María “la profetisa” (15,20) que comienza a cantar y bailar con una pandereta y la siguen “todas las mujeres” también danzando con panderetas. Y ella invita a todas y todos a cantar (“¡canten!” es en masculino) el triunfo de Dios. Pues “se cubrió de gloria arrojando al mar carro y caballo” (15,21).

La genealogía de Núm 26,59 (y 1 Cro 5,29) nos informa que María es hermana de Aarón y de Moisés (lo cual es contrastante con la idea de Ex 2,1-10 que todos los hijos varones de los judíos fueron matados salvándose solamente Moisés) lo que explica que los tres se encuentren juntos por momentos, más allá de la predilección divina por Moisés.

Es interesante, por otro lado, notar el contexto sacerdotal. Los tres hermanos son de la tribu sacerdotal de Leví y los tres cumplen un rol dirigencial de liderazgo en la comunidad del desierto siendo Myriam la vocera de todas las mujeres (y varones) en el canto de alabanza al Dios liberador. Pero, además, los dos textos destacan que María habla de parte de Dios, se destaca que es profetisa. Y, aunque sus celos la hayan llevado a murmurar, el pueblo no sigue su marcha sin que ella esté reincorporada en la comunidad del desierto, el futuro pueblo de Israel. Sin duda estamos ante una “matriarca” del Pueblo de Dios.


Imagen tomada de https://unassemillitas.com/2021/10/05/miriam-la-profeta-que-desafio-a-moises/

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