Nicodemo
Eduardo de la Serna
El personaje de Nicodemo resulta
medianamente conocido a pesar que de él sólo se habla en el Evangelio de Juan,
y en escasas ocasiones; incluso muchos siglos más tarde se escribió un
Evangelio apócrifo que lleva su nombre. Sin embargo, podemos encontrar en él
una riqueza importante que es bueno presentar en esta página.
Como decimos, sólo el Cuarto Evangelio alude a Nicodemo, y es importante destacar que todo el Evangelio tiene la intención de que los lectores crean en Jesús y así alcancen la vida divina (20,30-31). La actitud de los diferentes personajes frente a Jesus será, entonces, la clave. Los distintos sujetos que el evangelista presenta se “juegan su suerte” según se aproximen o no a Jesús y “crean” en él. Pero, lo habitual, es que las personas primero se aproximen a Jesús, luego se pregunten sobre su persona para finalmente dar el paso de la fe; es lo que podemos llamar un “itinerario espiritual”, y se ve en muchísimos sujetos del Evangelio. Es este el caso de Nicodemo.
La primera escena (3,1-12) nos
menciona que va a verlo a Jesús “de noche” (v.2). El Evangelio nos aclara que
era fariseo (v.1) y “maestro en Israel” (v.10).
En el cuarto Evangelio los fariseos son claros adversarios de Jesús (7,32). Es interesante que, mientras en
los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas los fariseos no tienen injerencia en la
captura y condena de Jesús, en Juan hay una referencia a ellos, que envían con
“antorchas, lámparas y armas” al huerto a capturarlo (18,3). Necesitan lámparas
porque son “de las tinieblas”, de la noche; Jesús, en cambio, es “la luz” y el que lo sigue “no caminará en tinieblas (8,12). En el
diálogo, Jesús le habla del nacimiento de lo alto”, algo que Nicodemo no
puede entender, y Jesús le dice que “no creen” (él y los fariseos, 3,12) a
pesar de “los signos” que hace (v.2). Jesús le pregunta si es “maestro en
Israel” quizás con ironía, ya que en todo el Evangelio ese título se aplica
solamente a Jesús.
Pero
promediando el Evangelio, y precisamente a raíz de los signos que hace, que
mueven a muchos a creer (7,31), los fariseos envían guardias para detenerlo
(v.32). Los guardias regresan sin traerlo, lo que motiva la reprimenda de los
fariseos (vv.45-46). Estos muestran una clásica actitud despectiva frente a los
humildes: “¿acaso ha creído en él algún magistrado o algún fariseo?” (v.48);
los ignorantes, que “no conocen la ley” son unos malditos (v.49). En este
momento interviene Nicodemo, y Juan acota: “el que había ido anteriormente
donde Jesús” (v.50), preguntando si juzgar a alguien sin escucharlo y saber qué
hace es algo avalado por “nuestra Ley” (v.51); lo que lo hace acreedor a una
crítica: “¿eres galileo?” (es decir, “de Jesús”, v.52). A continuación, Jesús
afirma que él es “la luz del mundo” (8,12).
Una vez
que Jesús ha muerto y José de Arimatea pide a Pilato el cuerpo de Jesús, Juan
añade que Nicodemo: “aquel que anteriormente había ido a verlo de noche” (19,39
[notemos que ahora añade “de noche” como algo del pasado]) lleva unas 100
libras de “mirra y áloe” (en Cantar 4,14 se menciona una especie de explosión
de placeres, y entre los aromas se menciona la mirra y el aloe; en el Salmo
45,9 también se los menciona juntos, aunque el término es diferente). En Jn
12,3 María de Betania unge a Jesús con “una libra” de un perfume muy costoso de
nardo. Aquí se nos dice que los perfumes de Nicodemo eran de 100 libras, lo
cual es ciertamente un derroche de afecto. Y ambos “embalsamaron” (envolvieron
con bálsamo) el cuerpo de Jesús “conforme a la costumbre judía de sepultar”
(v.40).
Como se
ve, el “itinerario” espiritual de Nicodemo es un paso de la noche (las
tinieblas) al discipulado luego de formularse una pregunta. En ese sentido, es
todo lo contrario de Judas, que de haber sido discípulo de Jesús (6,71) sale
hacia la noche (13,30) para la traición.
Como es
común en todo el Evangelio de Juan, y a semejanza de Nicodemo, todos estamos
invitados a acercarnos a Jesús por la fe y, como él, unidos a Jesús, alcanzar
la vida.
Pintura del Giotto presentando a José de Arimatea y Nicodemo, tomada de https://www.vaticannews.va/es/santos/08/31/ss--jose-de-arimatea-y-nicodemo--discipulos-del-senor.html
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