jueves, 24 de julio de 2025

Nicodemo

Nicodemo

Eduardo de la Serna



El personaje de Nicodemo resulta medianamente conocido a pesar que de él sólo se habla en el Evangelio de Juan, y en escasas ocasiones; incluso muchos siglos más tarde se escribió un Evangelio apócrifo que lleva su nombre. Sin embargo, podemos encontrar en él una riqueza importante que es bueno presentar en esta página.

Como decimos, sólo el Cuarto Evangelio alude a Nicodemo, y es importante destacar que todo el Evangelio tiene la intención de que los lectores crean en Jesús y así alcancen la vida divina (20,30-31). La actitud de los diferentes personajes frente a Jesus será, entonces, la clave. Los distintos sujetos que el evangelista presenta se “juegan su suerte” según se aproximen o no a Jesús y “crean” en él. Pero, lo habitual, es que las personas primero se aproximen a Jesús, luego se pregunten sobre su persona para finalmente dar el paso de la fe; es lo que podemos llamar un “itinerario espiritual”, y se ve en muchísimos sujetos del Evangelio. Es este el caso de Nicodemo.

La primera escena (3,1-12) nos menciona que va a verlo a Jesús “de noche” (v.2). El Evangelio nos aclara que era fariseo (v.1) y “maestro en Israel” (v.10). En el cuarto Evangelio los fariseos son claros adversarios de Jesús (7,32). Es interesante que, mientras en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas los fariseos no tienen injerencia en la captura y condena de Jesús, en Juan hay una referencia a ellos, que envían con “antorchas, lámparas y armas” al huerto a capturarlo (18,3). Necesitan lámparas porque son “de las tinieblas”, de la noche; Jesús, en cambio, es “la luz” y el que lo sigue “no caminará en tinieblas (8,12). En el diálogo, Jesús le habla del nacimiento de lo alto”, algo que Nicodemo no puede entender, y Jesús le dice que “no creen” (él y los fariseos, 3,12) a pesar de “los signos” que hace (v.2). Jesús le pregunta si es “maestro en Israel” quizás con ironía, ya que en todo el Evangelio ese título se aplica solamente a Jesús.

Pero promediando el Evangelio, y precisamente a raíz de los signos que hace, que mueven a muchos a creer (7,31), los fariseos envían guardias para detenerlo (v.32). Los guardias regresan sin traerlo, lo que motiva la reprimenda de los fariseos (vv.45-46). Estos muestran una clásica actitud despectiva frente a los humildes: “¿acaso ha creído en él algún magistrado o algún fariseo?” (v.48); los ignorantes, que “no conocen la ley” son unos malditos (v.49). En este momento interviene Nicodemo, y Juan acota: “el que había ido anteriormente donde Jesús” (v.50), preguntando si juzgar a alguien sin escucharlo y saber qué hace es algo avalado por “nuestra Ley” (v.51); lo que lo hace acreedor a una crítica: “¿eres galileo?” (es decir, “de Jesús”, v.52). A continuación, Jesús afirma que él es “la luz del mundo” (8,12).

Una vez que Jesús ha muerto y José de Arimatea pide a Pilato el cuerpo de Jesús, Juan añade que Nicodemo: “aquel que anteriormente había ido a verlo de noche” (19,39 [notemos que ahora añade “de noche” como algo del pasado]) lleva unas 100 libras de “mirra y áloe” (en Cantar 4,14 se menciona una especie de explosión de placeres, y entre los aromas se menciona la mirra y el aloe; en el Salmo 45,9 también se los menciona juntos, aunque el término es diferente). En Jn 12,3 María de Betania unge a Jesús con “una libra” de un perfume muy costoso de nardo. Aquí se nos dice que los perfumes de Nicodemo eran de 100 libras, lo cual es ciertamente un derroche de afecto. Y ambos “embalsamaron” (envolvieron con bálsamo) el cuerpo de Jesús “conforme a la costumbre judía de sepultar” (v.40).

Como se ve, el “itinerario” espiritual de Nicodemo es un paso de la noche (las tinieblas) al discipulado luego de formularse una pregunta. En ese sentido, es todo lo contrario de Judas, que de haber sido discípulo de Jesús (6,71) sale hacia la noche (13,30) para la traición.

Como es común en todo el Evangelio de Juan, y a semejanza de Nicodemo, todos estamos invitados a acercarnos a Jesús por la fe y, como él, unidos a Jesús, alcanzar la vida.


Pintura del Giotto presentando a José de Arimatea y Nicodemo, tomada de https://www.vaticannews.va/es/santos/08/31/ss--jose-de-arimatea-y-nicodemo--discipulos-del-senor.html

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