Una pseudo homilía en el Chaco
Eduardo
de la Serna
Fiel a su costumbre de citar
otros autores sin referir a ellos – lo que se llama normalmente plagio – Javier
Milei, en su casi homilía evangélica mezcló harina con pan rallado.
Repitiendo a “Berthie”
Benegas Lynch, hijo del prócer, según su delirio, señaló que toda referencia a
la justicia social viola los mandamientos bíblicos 7° y 10° (en su versión
catequística: “no robar” y “no codiciar los bienes ajenos”), es decir, los que
según su desleal no saber ni entender atentan contra la propiedad privada.
Repitiendo a su homenajeado
español Jesús Huerta de Soto – esta vez citado – hizo una terrorífica exégesis
de la escena bíblica de las tentaciones de Jesús, haciéndole decir al texto exactamente
lo que no dice. Repitió que “el Estado es la encarnación del Maligno” y lo
relacionó con las tentaciones de Jesús en Lucas 4,5 refiriendo a “la tercera y
la más grave” (en realidad es la tercera en Mateo, en Lucas es la segunda), y
lo de “más grave” puede discutirse. Y la conclusión es que los reinos (a los
que curiosamente él llama “estados”) son demoníacos. De más está recordar que
Milei llegó tarde a la sepultura del Papa Francisco por homenajear a Huerta de
Soto, y cuando se encontró con el nuevo Papa León XIV le regaló dos libros de
este “egregio” charlatán.
https://www.jesushuertadesoto.com/articulos/anarquia-dios-y-el-papa-francisco/
Esto, sin embargo, hay que
recordarlo, ya lo había repetido Milei en una entrevista con Viviana Canosa
cuando era su jefa de campaña. https://www.youtube.com/watch?v=vYQfxvscxrs&ab_channel=MILEIPRESIDENTE
`
[minuto 23.30] usando entonces casi las mismas palabras que hoy (es decir, no tiene nada nuevo que decir; repitiendo
ahora casi los mismos errores bíblicos de de Soto y de su primera referencia).
A esto, además, volvió a cuestionar
la “justicia social” afirmando insólitamente – no sorprendentemente en su caso –
que “la justicia social es un robo” (contra los mandamientos citados), es “la
caridad impuesta por la fuerza” remató en su delirio. Anotemos que la caridad (=
el amor) es un derecho, la justicia es un deber. Yo puedo amar o no a alguien
por un acto de mi libertad, pero no puedo negar a alguien lo que le corresponde
en justicia, sería – precisamente – un robo. Debo pagar el salario justo, debo
pagar una mercadería cuando me la entregan… “Debo”, y, no hacerlo, ¡eso sí!,
constituye un robo. El tema del amor (= caridad) es otro tema que merecería una
interesante reflexión, pero que le es ajena a los profetas de la crueldad y el
odio.
Curiosamente, para don Javier,
todo esto sería “despertar a la fe”. Claro que, para quien palabras como “robo”,
“libertad”, “justicia” dicen exactamente lo contrario de lo que dicen, no es
fácil saber qué entiende él por “fe”. En la Biblia esto es edificar la vida
sobre Dios, hundir las raíces en Él y sus caminos (es el sentido del sustantivo
hebreo “amén”), el cual, además es colectivo, puesto que es la fe de un
pueblo. Ese pueblo, afirmado en Dios, podrá mostrar con su vida de “derecho y
justicia”, a todos los pueblos, que otro mundo es posible, un mundo sin dominados
y dominadores, amos y esclavos, patrones y clientes, opresores y oprimidos, víctimas
y victimarios, odiados y odiadores… un mundo de hermanos y hermanas, Se trata
de ser “luz para iluminar a las naciones (a los otros pueblos)”. O, para
decirlo fácil de entender, la fe se trata de vivir (es más que “despertar”, che)
de un modo exactamente opuesto al que Milei propone e impone. A eso, Jesús lo
llamó reino de Dios, y ese “reino” (que no “estado”) es el que se opone al
reino de Satanás. Es decir, otra vez, al revés de la homilía chaqueña de don Javier
en la que, además, no dijo nada nuevo a lo que nos tiene acostumbrados.
Foto tomada de https://es.pngtree.com/freepng/prayer-book-protected-with-padlock-and-chain-college_13049541.html
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