Una nota sobre la ignorancia presidencial
Eduardo de la Serna
En su pseudo-homilía en el Chaco,
el presidente señaló lo preocupante que es la “envidia” (12 veces en su texto).
De hecho, afirmó que la justicia social es “envidia con retórica”. La primera
vez que la alude es en una cita de Génesis 26,12-14 [desconozco de qué
traducción se valió ya que, por ejemplo, dijo “Dios lo bendijo” cuando el
hebreo utiliza el tetragrama YHWH (que muchas traducciones evitan y transcriben
Señor), mas jamás “Dios”]. Es a partir de esto que comienza a hablar de la
envidia y la justicia social. Y acá afirma claramente:
¿Desde
cuándo la envidia dejó de ser un pecado capital y pasó a convertirse en una
virtud? No nos van a doblegar. Nosotros conocemos las Sagradas Escrituras.
Voy a dejar de lado que en ningún lado de las
Sagradas Escrituras se hace referencia a los “pecados capitales” [que, además,
muchísimos escritores tradicionales o contemporáneos afirman que no se trata de
“pecados” sino de “vicios”, lo cual es distinto, ciertamente; ya hemos escrito en Los vicios capitales, Buenos Aires:
Paulinas 1997, 63-76]. Y
acá repetirá que “la justicia social, básicamente, es robarle a una
persona el fruto de su trabajo y dárselo a otra”.
Siendo que la envidia, como la de los
filisteos, atraviesa todo el delirio presidencial, quiero detenerme brevemente
en ella. Lo cierto es que el texto del cual parte afirma que, luego del
enriquecimiento de Isaac, “los filisteos le tenían envidia” [en hebreo kana’].
Evidentemente un discurso presidencial no es, ni debe ser, una “clase de Biblia”,
pero, al menos, antes de decir algo, sobre temas que desconoce, debería
informarse a fin de no decir tonterías.
Para comenzar, el enriquecimiento de Isaac en
el texto citado no se debe a su esfuerzo y trabajo (el cual se supone,
ciertamente: “Isaac sembró”) sino a que YHWH lo bendijo, por lo que su cosecha
fue del ciento por uno. Evidentemente, el texto es heredero de una teología
habitual en los textos más antiguos de la Biblia en los que se sostiene que a
quienes son “justos” Dios los bendice con abundancia de ganados, cosechas,
hijos… Este tema, con el tiempo, se fue relativizando (la experiencia decía lo
contrario, por cierto) hasta ser finalmente descartado (por ejemplo, en libros
como Job o Qohelet). Por tanto, la referencia bíblica presidencial es
totalmente incompleta (y fundamentalista). Pero vayamos a la “envidia” de los
filisteos, que es – para su insensatez y tergiversación – la causa de los
males, la madre de la perversa justicia social y un pecado capital. El
conflicto con los filisteos, además, es un tema muy importante en la historia
bíblica, y, ciertamente, aquí es anacrónico, pero vayamos a la mala envidia [kana’]
que los filisteos tienen.
Resulta que, otro texto muy antiguo, también mal
citado por el no-doctor Milei, es el de los habitualmente llamados “Diez
Mandamientos” [Ex 20,5; Dt 5,9]. Allí, el primero de los mandamientos afirma
que Israel no puede “postrarse” ante otros dioses [recordar esto, que
volveremos] porque Dios es “un Dios celoso”. Esta “característica de Dios”, sus
“celos”, traduce aquí el mismo término hebreo kana’ (lo importante es notar
que se trata del mismo término). Así que resulta que un término aplicado
negativamente a los filisteos, en otra ocasión es una cualidad divina. ¿No era
que había leído las Sagradas Escrituras? Si en otras ocasiones se jactaba de
citarla en hebreo, no hubiera estado de más que lo hiciera también aquí y, en
ese caso, no hubiera dicho tonterías. Pero ya sabemos eso de las peras y los
olmos…
En otro texto, repitiendo un lamentable texto
de Jesús Huerta de Soto, hizo referencia a la tentación del diablo a Jesús en
Lucas 4,5 (pésimamente mal leída, por cierto). Lo que Satanás pretende es que Jesús se
postre (en griego proskynêsês) ante él. Ciertamente, hacer eso atentaría contra
el primer mandamiento – que recién hemos citado – puesto que Dios es celoso (kana’), por lo que Jesús responde citando el
Deuteronomio 6,13, donde se reitera que Dios es kana’ (v.15). Hemos de suponer que este Dios bíblico,
para la mesura presidencial no será un dios kuka, zurdo o cosas peores.
Y terminemos con un dato… Ciertamente el
conflicto posterior entre Israel y los filisteos está en el trasfondo del texto
de Isaac, y, precisamente por eso, los filisteos combaten a Isaac a quien, por
otro lado, Dios bendice, y, como decimos, en los textos más antiguos, esta
bendición se hace manifiesta en bienes, cosechas, etc. Pero, por ejemplo, sería
manipulación de la Biblia (que es lo que Milei y los suyos, habitualmente
hacen) olvidar que, precisamente cuando no hay bendición, por más que el ser
humano trabaje arduamente la tierra “con fatiga sacarás de (el suelo) el
alimento todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y comerás
la hierba del campo” (Gén 3,17-18). La clave no está en el trabajo (que
ciertamente se supone) sino en la bendición que Dios da a quienes son justos. Pero,
ya sabemos, hablar de justicia irrita la neurona presidencial. Es preferible,
para su esquema primitivo e inhumano, creer que la bendición de Dios se hace
manifiesta en que, milagrosamente, 100.000 pesos argentinos se transformen en
100.000 dólares y así se pueda edificar una mega iglesia en la cual puede decir
cualquier cosa sin que nadie lo cuestione. ¡Amén!
Foto tomada de https://digitalchubut.com/argentina-va-a-la-depresion-y-milei-es-un-cobarde/
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