Breves
apostillas poselectorales
Eduardo
de la Serna
Ayudamemoria…
Hace unos años, cuando Sergio Massa aparecía como la “gran esperanza blanca”,
se vio – para quien quería ver – que su vacuo discurso triunfante lo pronunció
ayudado de un teleprompter, es decir, una pantalla no visible desde el público
de donde leía disimuladamente su discurso. El sentido – obviamente – fue no
olvidar nada de lo que debía decir, y no decir nada que no debiera. Bastante
poca confianza se y le tenían sus compañeros de camino, evidentemente. Ayer, al
pronunciar su discurso, la otra esperanza blanca, Mauricio, lució desenvuelto,
hasta que el compañero de fórmula de su aliado mostro una fotografía sonde se
veía el mismo adminículo electrónico. Nuevamente la falta de confianza. Y me
surgen preguntas… ¿Alguien imagina a la presidenta Cristina usando un
teleprompter? Para pronunciar a amigos y aliados desde su supuesto éxito un
discurso que fue “la nada misma” (y que con justeza Mario Wainfeld calificó de “neobudista”)
Mauricio utilizó no un ayuda memoria sino que “leyó el texto”. Lindo papelón
nos esperaría si tuviera que improvisar un discurso como Alfonsín ante Reagan,
o Cristina en el G20.
Denuncias:
Cuando desde primera hora Mauricio y el ex vocero de Menem y mal periodista
deportivo (si eso existe) Fernando Niembro denunciaron robo de boletas, el
tufillo era que estábamos ante una suerte de “confesión de parte”. Cuando uno
tras otro, ecuatorianamente asesorados, los miembros del PRO (el de la flechita
hacia la derecha) salieron a hablar maravillas del voto electrónico (ese que
está sospechado de arreglo económico con hombres de pro-sapia) la sensación es
que “la culpa es del otro si algo me sale mal” y “entre esos tipos y yo hay
algo personal”. El PRO ya había conseguido el insólito fallo de la jueza que
los cubría para “cruzar el charco” y fiscalizar. ¿Será que ni fiscales
consiguieron? Porque teóricamente un fiscal de un partido/alianza se ocupa de
poner las boletas si faltan, entra al cuarto oscuro – con otros fiscales – para
asegurarse de todo. ¿Cómo sabían que robaban boletas y no que había una
avalancha de votos pro? ¿O ya sabían que su elección no vendría demasiado bien?
De hecho lo que parecen haberles robado fue el baile y los globos amarillos
porque no se los vio en el “festejo”.
Suciedad:
Una de las características de la suciedad (que no ocurre, en general, con la
limpieza) es que “ensucia”. Y es evidente que hubo y hay quienes no pudiendo lograr
sus objetivos (a menos que solo eso sea lo pretendido) se dedicaron a “ensuciar”.
En un grupo que en ocasiones pasadas todos estaban en duda si votar a Julián o
a Aníbal para gobernador, después de ver las denuncias de Clarín y su lacayo
unánimemente decidieron votar a Aníbal (sumada a la participación de Julián en
el “Bailando”). No muy distinto a las denuncias de su partner, la denunciadora
serial, sólo se dedicó a ensuciar. Sabiendo que la intención de voto rondaba la
nada, quizás precisaba unos pesos alquilando su casa como estudio de TV. Lo
cierto es que las denuncias ensuciadoras parecen derrotadas en las P.A.S.O. de
ayer (Primarias Abiertas, Simultáneas [no “secretas”, Alak] y Obligatorias).
Claro que su poder de fuego y daño no debe minimizarse, y la situación en
Brasil sirve de alerta; y quizás debamos estar atentos para nuevas y más
poderosas campañas. Lamentablemente, con un poder judicial cómplice o sumiso es
poca la justicia que podamos esperar.
Cambio:
Resulta interesante lo recurrente al término cambio (o semejante) que fue
caballito de batalla. Posse, que es dueño de San Isidro hace mil años decía: “Te
imaginás un San Isidro distinto?... Posse sí”. Uno podría preguntarse por qué
en esos mil años no lo pudimos palpar, pero es evidente que los sanisidrenses,
que se creen distintos, esa es la “distinción” que quieren. ¡Pobres! Pero
curiosamente el bocón, o vocero ocasional, del PRO y nuevo jefe de gobierno de
la ciudad autómata de Buenos Aires dijo que “la gente” (ver enseguida) quiere
un cambio. ¿Qué es un cambio? ¿Acaso habría alguien tan insensato que en cualquiera fuera la
situación en la que estuviera no querría “un cambio” para mejor? Ahora, no es
lo mismo cambiar A por B, que por J o por Z… todos querrían un cambio, pero
¿qué significa? Cualquiera que tiene un trabajo quisiera uno mejor, no quedar
sin trabajo, por ejemplo. Pero las dos situaciones serían “cambiar”. Todos
hablaron de cambios pero no se aclaró – ni Scioli – cambiar qué y por qué se lo
reemplazaría. Más cuando Mauricio ayer dijo que había que cambiar algo y ahora
cambió él diciendo que no lo cambiaría y además repitiendo que ha aprendido,
como si pudiéramos creer que es capaz de aprender. Lo mismo se lee en el “mano
dura” Sergio que ha demostrado que no cambió ignorancia por aprendizaje de
Derecho y sigue ostentando inopia proponiendo lo que debería saber imposible o
ilegal. En lo personal, quiero un cambio, quiero que los que de no tener
trabajo han alcanzado un cierto trabajo cambien y tengan mejor trabajo, más
justo y más formal; que sus sueldos cambien para mejor. Si se quiere, quiero un
cambio hacia adelante, no hacia atrás. Correctamente Scioli dijo que también la
“marcha atrás” (o “reversa”) es un cambio, pero muchos queremos avanzar.
La
“gente”: Finalmente me resulta curioso el uso insistente del
término gente. Término recomendado por Durán Barba, y también usado por Massa
con insistencia. Me resultó patético el vice de Sergio diciendo que “la gente
entendió nuestra propuesta”. ¿Cómo? ¿Oí bien? El grupo UNA obtuvo el 20,64% (y
Massa un 68,91 de esos votos), ¿esa es “la gente”? Y el resto, el 20,64% de UNA
y el 79,36% que no los votó ¿no es “la gente”? ¿Qué entiende por “gente” esta “gente”?
Me recuerda una anciana señora que cree que habla en nombre de la gente (que a
su vez tiene miedo de mucha no-gente), a la cual - por otro lado – le deseo una muy buena
estadía en el Uruguay. Muchos preferimos otra categoría como “pueblo” (y no
tememos el “populismo”), y creemos que el “pueblo” dice, piensa, celebra y
tiene proyectos. Proyectos muy contrarios al “antipueblo”, que confunde “pueblo”
con “ciudadano”…
Los ciudadanos que se
reconocen pueblo votaron un cambio para adelante, parece. Habrá que estar
atentos a nuevas suciedades, teleprompters y propuestas de cambios con anzuelo.
Falta para octubre y la gente sucia y antipueblo no baja los brazos; habrá que
abrazarse para marchar y sortear los obstáculos que los nervioshos, lilitos o
lanatas pondrán en el camino.
Foto tomada de www.diarioveloz.com
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