domingo, 20 de diciembre de 2015

Ojo por ojo... cepo por cepo

Ojo por ojo… cepo por cepo

 Eduardo de la Serna




Curiosamente el actual gobierno nacional, que tiene una fenomenal cantidad de Medios de Comunicación a su favor (los Medios que fueron su principal sostén durante los 8 años de horadar sistemática y continuamente a Cristina) más, ahora los Medios oficiales, a lo que han de sumarse algunos Medios que ayer eran “K” y camaleónicamente han mudado de color nos desinforman sobre algunos temas, alegremente nos da noticias descontracturadas, al aire libre, sin corbatas y hasta llega a decir que hay que pagar los impuestos con alegría….

Por suerte, mágicamente ya no hay casos de inseguridad. Es que se ve que los camiones hidrantes, la represión, los francotiradores apostados, los fotógrafos y los gendarmes han dado su fruto.

Evidentemente, además, es cierto que el actual presidente no quiere una justicia “macrista”, con la “magnettista” le alcanza y sobra. Basta ver el currículum del impuesto juez Rosenkrantz de la Corte, inconstitucionalmente incorporado y vergonzosamente aceptado (por no pensar, lo han dicho tantos, lo que hubiera sido la campaña feroz si la mitad de eso lo hubiera hecho Cristina).

Pero me quiero detener en el “cepo”. Un cepo es un instrumento que inmoviliza por ejemplo un auto mal estacionado, un esclavo rebelde, o una plaga que perjudica la cosecha o el ganado. 

Pero resulta que ningún gobierno sensato permite que cualquiera compre los dólares que quiera sin ningún tipo de controles en ningún país sensato (pienso en Colombia, país liberal capitalista si los hay, donde los inmuebles se compran en pesos colombianos, y no puede comprarse sin control dólares ni en el mercado legal ni el ilegal). Pero el cepo periodístico nacional impuso el término a la disposición del gobierno que impedía que cualquiera haga lo que quiera. Y entonces, un cepo a la verdad, a la sensatez y la cordura se impuso. Y hoy, que el liberalismo sigue avanzando en su acción destructora el cepo periodístico se afianzó.
Ya sabíamos que ese cepo era un blindaje mediático al entonces candidato. Hoy ese blindaje es un verdadero cepo en el que la represión asoma, la división de poderes desaparece, los jueces son elegidos a dedo, la economía se desnacionaliza, pero ninguna graciosa nonagenaria dice que esto es una dictadura. Al fin y al cabo, sólo se mantiene un cepo a la verdad. ¿Y a quién le importa? Si tantos estaban contentos con la mentira.


Foto tomada de buckmiller.wordpress.com

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