“Yo les avisé”
Eduardo de
la Serna
La frase “yo te dije”
suele ser eficaz para el que la pronuncia pero – habitualmente – no para el que
la escucha. Decenas de “sí, pero…” motivan el no haber escuchado lo que se
decía. Algunos quizás sean reales, pero la inmensa mayoría parecen modos de
auto-convencerse por no haber hecho lo que empieza a quedar cada vez más claro
que “debía”.
Y esto se puede
aplicar a cosas muy personales: “te dije que fulano/a no te convenía”, “te dije
que esto iba a pasar”… hasta lo global: “te dije que si en las elecciones
ganaba Macri todo iba a aumentar”… Y acá es donde me pregunto por el rol que
juega en todo esto lo inconsciente. O más precisamente, lo que no es “racional”
y por lo tanto algo que vuelve a la persona o al grupo incapaz de analizar lo
que podía o no ocurrir, sino que lo que lo movió a obrar contrariamente a lo
recomendado fue algo que fue “por otro lado”. Sean estos los sentimientos, la
imaginería, gustos o disgustos, o hasta casi un “no poder”. Escuchar o leer algunos
comentarios frente a situaciones de este tipo me hacen pensar que nos movemos
en dos niveles inconciliables de diálogo o análisis. Y por lo tanto en un
encuentro imposible. El problema, parece, es que cuando finalmente se puede dar
este encuentro porque ambos análisis se dan en el mismo campo, entonces es
demasiado tarde. Lo anunciado, lo vislumbrado se ha desencadenado. Y a veces el
“yo te lo dije” no sirve demasiado, más que para humillar al otro, o para
descargar bronca.
Queda, además, y
depende el tema en cuestión, la negativa sistemática a entender que lo que
ocurre es por la decisión tomada. El poderosísimo aparato publicitario que son
los Medios de comunicación ha demostrado que es muy probable que cuando mañana –
sino ya hoy mismo – algunos empecemos a repetir “yo te dije”, las miradas se
dirijan hacia otro lado y los culpables o responsables sean pensados otros y se
mantenga invulnerable el sujeto (mientras les sirva a los CEOs).
En fin… algunos “hemos
avisado”, en lo personal y en lo social y político. Algunos han elegido no
escuchar. En el Israel bíblico, cuando la elite estaba cautiva en Babilonia, Dios
envía a Ezequiel a hablarle a su pueblo. Pero sabe que no será escuchado. Sabe
también que eso puede servirle de excusa a Ezequiel para no hablarle a los
suyos. Aunque no lo escuchen es responsabilidad del profeta hablar ya que no es
“para sí mismo” que es enviado, sino en función de su pueblo. El día de mañana,
Israel no podrá decir “yo no sabía” porque hubo uno – Ezequiel – que habló en
nombre de Dios. Puede ser frustrante para el enviado, pero Dios no se
desentiende de su pueblo, es éste el que ha elegido no escuchar a Dios. Mañana,
Dios le repetirá: “yo te dije”.
Foto tomada de migueldiel.pagesperso-orange.fr
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