sábado, 19 de diciembre de 2015

¡Basta de corrupción!

¡Basta de corrupción!
Ironías del destino.

Eduardo de la Serna



Después del eximio paso de Sebastián Piñera por el Palacio de la Moneda, tiempo en el que la transparencia, honestidad y sensatez primó entre nuestros hermanos trasandinos, el pueblo volvió a equivocarse eligiendo a Michelle Bachelet. La prensa independiente, en dos manos (Mercurio y La Tercera), siempre supo comprometerse con los intereses de la Patria cuando se vio en la obligación de fomentar un golpe contra el populismo marxista de Salvador Allende, llegando incluso a distorsionar, exagerar, silenciar o hasta mentir noticias para conseguir ese patriótico fin… Hoy, a casi semanas de la asunción de la nueva presidenta ha logrado demostrar casos evidentes de corrupción que tocan directamente a la mandataria la que, para ser honestos, debería renunciar.

El populismo en Brasil es notoriamente más grave ya que cuatro períodos del PT se han vuelto insoportables. El pueblo vota ostensiblemente guiado por los planes, y quizás hasta una feijoada con cachaça que recibe en las movilizaciones. Nuevamente la prensa independiente (O Globo, Veja) es la que tiene la difícil y patriótica misión de intentar provocar – aunque deba sacrificarse, en aras de la patria, distorsionando la verdad, o hasta mintiendo con el único fin de lograr sanear las instituciones malheridas de populismo – el fin último de la libertad. Es evidente que con un poco de esfuerzo puede alcanzarse el juicio político y el país liberarse del cáncer de la corrupción petista.

¿Y qué no decir de Venezuela? La peligrosísima Venezuela donde se entrenan comandos que pueden atentar contra la Casa Blanca y hasta matar fiscales honestos y valientes en otros países. Y Nicaragua, o El Salvador, donde hasta son capaces de beatificar infiltrados marxistas en el seno de la Iglesia. Y Ecuador… ¿Bolivia? Bolivia por ahora parece inexpugnable, pero no perdemos la esperanza.

Es evidente que América Latina tiene un presente preocupante. Aunque resisten los embates del populismo los dignos países de Perú, Colombia y México donde es evidente que no hay corrupción alguna. 

Así como Brasil, Argentina lleva ya demasiado tiempo de populismo. La corrupción corroe todo, pero la república – o republiquita – viene asomando. Los casos de corrupción son evidentes y tienen nombres lo suficientemente estigmatizantes como para que huelguen las palabras: la Cámpora, Justicia legítima, 6,7,8… Nuevamente el invalorable aporte de la prensa contribuye a poner a la luz la creciente mancha pustulenta. Aunque a veces toque disimular, tapar, mentir. Todo sea por la causa de la patria. Al fin y al cabo tiene experiencia, como cuando tapó la corrupción de la dictadura, empresas arrebatadas a detenidos, Papel Prensa como ejemplo, vaciamiento de empresas, como YPF (¿Suárez Mason presidente de YPF? ¿No es mucho?), deuda externa… o la corrupción menemista en privatizaciones (¿un diputrucho? ¿No es demasiado?), vaciamientos, cesión de la economía a la banca y poder financiero. Obvio que cuando ya no se podía tapar por evidente era porque ya había un candidato alternativo. ¿Una Alianza? ¿No es demasiado? Al fin y al cabo se proponía lo mismo “pero sin corrupción” (¿Una Banelco? ¿No será demasiado? ¿La cajita feliz de Gostanián a periodistas? ¿No será demasiado? “El ántrax llegó a la Argentina” [Clarín 20/10/2001]). Pero la cosa, es no olvidar direccionar bien las denuncias…

La cosa es [1] que no haya nunca malas noticias de Tigre (la lancha baleada es en el “Delta de San Fernando”, no de Tigre; los casos de femicidio que llevan años son tapados, y hasta la muerte de una nena por perros del vecino… No se habla de la responsabilidad de Nordelta en las inundaciones, ni los narcos (Mi sangre, por ejemplo) encontrados en Tigre… Aunque para ser justos, algunos casos han empezado a salir. ¿Qué pasa Sergio? ¿Te soltaron la mano? [2] Que no haya malas noticias de la Ciudad de Buenos Aires, sobrefacturación en obras (¿Siempre a la misma gente?, ¿no será demasiado?), subfacturación en escuela, salud pública y viviendas, nada que no se arregle con unas buenas Taser que la UCEP y el Borda demostraron que se utilizarán solo en casos extremos de legítima defensa. Y si asomara algún caso no hay nada que un buen incendio no pueda solucionar (¿Iron Mountain? ¿No será demasiado?). [3] Por si acaso, también evitar malas noticias en la Provincia de Buenos Aires, y si se puede provocar “el salto”, mejor (¿El Frente para la Victoria de la Provincia publicitando Expoagro? ¿No será demasiado?). 

La cosa es mostrar la corrupción debidamente direccionada, y si algo empieza a dirigirse en un sentido inconveniente siempre hay una jueza amiga querellante que embarre la cancha (¿Arroyo Sesgado? ¿No será demasiado?), o alguien de la fiscalía (fiscales amigos parece que se encuentran por doquier) que divulgue fotos que puedan malinterpretarse y seguir embarrando. O hasta de la policía, quizás. Siempre se consigue alguien dispuesto. Total es fácil solucionar esto con un buen traspaso de manos (¿a la Policía metropolitana? ¿No será demasiado?).

La cosa es provocar a la siempre sensible (auto-sensible) clase media (o a quienes pretenden serlo) y seguir con la campaña electoral empezada recién en 2009. ¿Caerán descartables en el camino? ¡Efectos colaterales! ¿Caerá la verdad en el camino? ¡Efectos colaterales! ¿Se llenarán de dinero los amigos? ¡Efectos colaterales! Lo único que importa es acabar con la corrupción. Aunque antes tengamos que explicar nosotros qué es esta tal corrupción, y por qué no lo es cuando beneficia a los nuestros.

Foto tomada de www.venado24.com.ar

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