domingo, 20 de diciembre de 2015

Democracia o división de poderes



Democracia o división de poderes


 Eduardo de la Serna


A mí me contaron que para que haya verdadera democracia es fundamental que haya división de poderes. La “suma del poder público”, es decir que una persona o grupo pequeño tenga todo el poder (ejecutivo, legislativo y judicial) desvía, traslada del “demos”, pueblo, a la “oligos”, pocos, el ejercicio del poder; es una oligarquía. Dejo de lado que algo razonable entre los antiguos griegos, y  más tarde en Montesquieu, no podría tener en cuenta la existencia de un “cuarto poder” (que en más de una ocasión es primero o segundo) que también requeriría la división en cuestión. Pero lo que interesa en este caso es que esta división es el medio más razonable y adecuado para que haya “democracia”. 

La democracia es el punto. De democracia hablamos.


Es cierto que para los griegos, y luego los romanos, el tal “demos” era más bien una “oligo”. Por pueblo eran tenidos solamente unos pocos: el campesinado, los “clientes”, los esclavos, las mujeres y niños, por ejemplo no eran parte del pueblo. El pueblo eran los “patrones” en una sociedad estructurada entre “patrones” y “clientes”. Pero también es cierto que a lo largo de los siglos, la categoría “pueblo” fue adquiriendo una dimensión y mirada crecientemente mayor. Para entendernos, es la misma imagen para la cual la ley Sáenz Peña hablaba de voto “universal” y, por ejemplo, las mujeres no estaban integradas en ese tal “universo”. Esto recuerda la resistencia de algunos a la ampliación de la posibilidad de votar a jóvenes entre 16 y 18 años, donde, por ejemplo, el arzobispo de Tucumán (¡Tucumán!) dijo que si no sabían sacarse los mocos, como iban a votar. 


Lo cierto, y acá el punto, es que el pueblo es quien gobierna. Lo hace a través de sus representantes a los que él mismo ha elegido (¿también el poder judicial?). 


Pero resulta que algunos (oligos) no están conformes con lo que el pueblo ha elegido (¡hace años que no están conformes!) y entonces – desde hace esos mismos años – empiezan a recurrir al más oligárquico de los poderes de la república, el judicial. Así, por ejemplo, ha pontificado el supremo rehén de la República, como justamente lo llama Víctor Hugo Morales, que “el poder judicial tiene la misión de poner límites a los otros dos” (si fuera cierto, cosa que dudo, en todo caso cada poder debe poner límites a los otros dos en un control circular). Pero… ¿Quién controla al controlador de sus posibles excesos? Porque desde que empezaron a manifestar la tal disconformidad los “oligos” todo pasa por el poder judicial en lo que se ha llamado judicialización de la política. 


Así se ha llegado al extremo gravísimo que un micro grupo (casi monos, más que oligos) puede anular la manifestación plena de un “demos” y los supuestos candidatos electorales celebrarlo. Parece que el demos que quieren es anterior a la Ilustración Francesa (quizás por eso queman urnas y el Poder Judicial microscópico anula elecciones por estos actos vandálicos).



Y pienso en el gobierno de la CABA, tan de la nueva política y el cambio que para tapar el Caso Niembro, y que no se hable de Canal 4 de Posadas, impide el trabajo de un canal de TV que le es opuesto. Curiosamente clausuran un garaje, pero nada dicen de un muro que en plena calle Clarín ha levantado. Claro que son parte de la misma oligos. Y si se les pregunta siempre responden “no sé”.



En fin… Al menos entendemos de qué “democracia” hablan estos “oligarcas”. ¿O no?


Dibujo tomado de www.salonhogar.net

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