sábado, 19 de diciembre de 2015

Las ratas....esos simpáticos animalitos

Las ratas, esos simpáticos animalitos

Eduardo de la Serna





Esta semana pudimos ver una cámara oculta en la que en una ilustre panadería las ratas se paseaban cuando no eran vistas y compartían fraternalmente el pan que otros comían cuando el corazón no siente. Como era de esperar, las cámaras dejaron al desnudo – perdón por la metáfora – la abundancia de roedores que todos suponemos por doquier pero elegimos no ver. Que anden por los sótanos, baldíos, descampados o terrazas puede ser, pero no que coman donde todos comemos.

Las ratas han sido recurrentes metáforas en diversas ocasiones, como aquellas en las que el barco se hunde. Pero dejemos esta imagen para más adelante, ¡todos la conocemos!

En esa costumbre poco sensata de atribuir al instinto animal cualidades o defectos humanos es habitual atribuir lealtad al perro y traición al gato, por ejemplo (hasta hay un conocido cuadro renacentista de la Última Cena donde Once apóstoles están de un lado de la mesa con Jesús, de la otra está sólo Judas y junto a él, ¡un gato!). Dejo de lado lo evidente que es que en ambas cosas se trata de instinto, y de modo de relación en manada o aislado, y dejo de lado también mi desmedido amor por los perros. La lealtad, o fidelidad es sin duda una cualidad. En el peronismo, por ejemplo, es fundacional (el 17 de Octubre es “el día de la Lealtad”). Pero la lealtad no es sumisión, sino fidelidad mutua, del pueblo al líder y del líder al pueblo, en este caso. “Desconfiá del que habla mal de otros adelante tuyo, porque hablará mal de vos delante de otros” afirma la sabiduría popular. Muy distinto de lo que decía Eduardo Galeano cuando afirmaba que el amigo “es aquel que habla mal de vos enfrente tuyo, y muy bien de vos a tus espaldas”. No puede existir la amistad sin lealtad como no puede existir la amistad política sin ella.

Los cables de Wiki Leaks mostraron al entonces jefe de Gabinete de Ministros hablando mal de Nestor Kirchner a sus espaldas (y nada menos que ante la embajada de los EEUU). Eso ya algo quería decir, y lo manifestó dando el salto o – para usar la imagen popular – sacando los pies del plato. Su osadía fue seguida por un importante grupo de desleales. Dirigentes que habían sido elegidos en sus cargos por formar parte de un grupo y quedándose atornillados en el mismo (no sólo Fayt es atornillado) pero levantando otras banderas. El sol del Clarín calentaba para ese lado. Pero…

Pero Sergio el efímero empezó a desinflarse. Más y más por momentos. Y los desleales reincidieron. Algunos ya no podían volver “a la casita de sus viejos”, pero prefirieron quedar solos antes que mal acompañados, otros volviendo al primer amor. Otros soles calientan, ¡parece! Tanto fue el achicamiento que el tigrense fue directamente a las fuentes y se reunió con el dueño del sol. Necesitaba calor. No sabemos qué le dijo el amo y señor de mentes y saberes, pero pareciera que le dio un tiempo para ver la temperatura ambiente. Y hubo Vélez, acto del que nadie informó con seriedad sobre cantidades, lo que se escuchó – no podía esperarse otra cosa – es la vacuidad de contenidos. Y el éxodo continuó. La imagen desinflada del “extraterrestre de Roswell” que se mostró en estos días puede ilustrar una nueva metáfora del comedor de motochorros y del sabihondo que ilumina a Zaffaroni. 


Pero queda una duda… el tránsfuga de Almirante Brown, que copiaba la escenografía tigrense poblando de palmeras el Camino de Cintura, que inundó visualmente las rutas explicándonos lo que quería, presidente del bloque en la Cámara de Diputados dio el salto. Se acaba de enterar que Sergio no tiene experiencia, y “pegó el portazo”. Lo que da para pensar es que esto lo comunicó “por Clarín”. Y eso es sospechoso. ¿Será una movida del titiritero de la Corte Suprema para mover fichas hacia su pollo Mauricio? Es evidente que primero puso huevos en todas las canastas, y ambos debían ser tenidos en cuenta… y sumemos a Danielito, claro. Pero se acercan las fechas, se acerca el tiempo de decisión y los melones se van acomodando en el carro. Y entonces, saquemos los huevos para que no se rompan. ¿No?

Ya desde fin de año pasado un periodista del ex Gran Diario Argentino decía que de los candidatos de la oposición “uno es un globo desinflado”. Ahora parece que se ocupan de repetirlo, así las ratas dejan el barco. Al fin y al cabo, anclado en Nordelta no ha de ser demasiado hondo el fondo, y hasta es posible reflotarlo en otra ocasión. Hoy, el ñoqui diputado estará rogando para que al menos Malena no saque los pies del plato.


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