sábado, 19 de diciembre de 2015

Memorias del II Congreso continental de Teología

Memorias del II Congreso continental de Teología


Eduardo de la Serna




Acabamos de terminar el II Congreso Continental de Teología y es bueno hacer una evaluación general y global. No creo necesario poner el acento en que algo me gustó más o menos ya que no me parece lo principal. Me interesa fundamentalmente mostrar el acontecimiento vivido.

El encuentro fue del 26 al 30 de octubre de 2015 en Belo Horizonte (estado de Minas Gerais, Brasil). Participamos más de 250 personas, creo que de todos los países de América Latina, algunos del Caribe, de América del Norte y de varios países de Europa (España, Italia, Francia, Alemania, Polonia), de muy diferentes edades, con un buen número de mujeres (todavía no las suficientes), muchos jóvenes, muchos laicos…

El congreso fue muy exigente en las actividades que comenzaban a las 8 de la mañana y terminaban con una última conferencia a las 20 hs. El tema central giró en torno al Espíritu que camina con los pobres. 

Presento brevemente el esquema y las ponencias:

El primer día, de Apertura, luego de presentar el Congreso, la dinámica, etc. Abrió una conferencia de Leonardo Boff sobre el lugar que ocupan las religiones en la conflictividad actual. Se centró en lo pedido y destacó dos grandes males, el fundamentalismo y el terrorismo. Dentro del fundamentalismo señaló que el peor de todos es el fundamentalismo económico (neoliberalismo).

El martes el día se centró en el “ver” (el miércoles en el “juzgar” y el jueves en el “obrar” dedicando el viernes al “soñar”). Empezó Juan Luis Hernández (México) haciendo una presentación de la realidad (que él llamó “análisis profético). Su planteo fue crítico de muchos análisis de la realidad que paralizan ante tanto dolor, pretendió mirar la cizaña pero detenerse en el trigo. Hubo cosas muy sugerentes, pero muchos extrañaron la falta de distinción entre los gobiernos populares de los gobiernos oligárquicos (son palabras mías, sólo para distinguir). No se notó que hiciera distinción entre unos gobiernos y otros. Tampoco se notó demasiado trigo entre la cizaña. Luego Cecilia Tovar (Perú) hizo una presentación de la Iglesia del post-Concilio. Fue sencillo, quizás sin aportes novedosos. Luego en un panel Etel Nina Cáceres (Perú) habló del florecimiento y crisis (censura) de movimientos del Sur Andino. Algo sumamente rico y floreciente fue luego cerrado por los obispos conservadores que sucedieron a los primeros (“es sociologismo”), y Vicenta Mamani (Bolivia, metodista) mostró los trabajos ecuménicos que se fueron realizando en La Paz. Al terminar el día, Juan Hernández Pico  habló testimonialmente de los “mártires” deteniéndose especialmente en Romero y los jesuitas de la UCA de los que él era compañero. Su testimonio y análisis fue muy conmovedor además de sólido. Lo acompañó de un análisis de los textos del Paráclito en Juan.

El miércoles comenzó hablando Marcelo Barros que hizo fundamental hincapié en su experiencia con los grupos afro-brasileños y su experiencia en los ritos umbandas o de candomblé como experiencias del espíritu. Luego un panel bíblico en el que estuvimos Carlos Mesters con Francisco Orofino hablando del “espíritu-ruah” en el AT, Solange Do Carmo que iba a hablar del espíritu en Jesús aunque habló de los evangelios deteniéndose particularmente (como es razonable) en Lucas y yo que hablé del espíritu en Pablo. En lo personal me parece que mi ponencia no tuvo repercusión salvo en algunos – y algunos que me interesa mucho su opinión, para mi satisfacción – mientras sí fue muy recibida la de Mesters especialmente. Luego Víctor Codina habló desde una perspectiva más teológica (incluso comentó su nuevo libro "El Espíritu del Señor actúa desde abajo” que fue el esquema que utilizó). Partió de experiencias concretas del espíritu en América Latina y mostró cómo tienen en común que nacen desde abajo. Finalmente Gustavo Gutiérrez habló especialmente de la opción preferencial por los pobres deteniéndose en los “pobres de espíritu” (de Mateo 5,3) presentada como “infancia espiritual”.

El jueves José Oscar Beozzo hizo una presentación de los modelos de Iglesia en el post-concilio (y recordó que en noviembre se cumplen 50 años del “pacto de las catacumbas”). Luego Carlos Schickendantz presentó elementos vigentes para una reforma eclesial (“están puestos los presupuestos” repitió con frecuencia). Luego Álvaro Ramazzini (obispo de Guatemala) presentó elementos para la reforma de la Iglesia a partir del mundo conflictivo, plural y desigual. Centrado particularmente en la experiencia de la Iglesia guatemalteca, y Virginia Azcuy presentó elementos de teología feminista partiendo de insinuaciones del Concilio Vaticano II hasta el presente sobre el lugar de la mujer en la Iglesia. 

Finalmente el viernes empezó Pedro Trigo hablando de la Urgencia de lo Esencial empezando por lo esencial de la teología (mirando incluso errores originales de la teología de la liberación) destacando que lo esencial y fundamental es la vida y la relacionalidad.
Luego Juan Luis Hernández, Isabel Corpas deposadas y Juan Hernández Pico hicieron una síntesis de todo lo visto y presentado en el congreso.

Antes del mensaje final se hizo un homenaje póstumo a Joao Baptista Libanio.

En la web de www.amerindiaenlared.org se encuentran síntesis más acabadas, textos completos de las conferencias y videos de algunas de ellas.

Debo señalar algunas cosas que me parecen dignas de resaltar. (1) la presencia de varios “dinosaurios” entre el grupo, participando en todo como uno más, en las comidas, cercanos a las mil preguntas, pedidos de fotos, dedicatorias de libros (bromeando le dije a Gustavo Gutiérrez que estaba autografiando un libro que cobrara 5 reales por firma o foto y siempre sonriente me dice: “¡qué bueno, así podría comprar más libros!”). (2) la excelente buena onda, cordialidad y siempre con una sonrisa de los que estaban detrás de la infraestructura (Amerindia Uruguay) para nada exenta de eficiencia y ejecutividad. (3) es de destacar el buen clima, la cordialidad, la posibilidad de conocer a muchas y muchos. La casa y su disposición se prestan muy bien para este tipo de ambiente. (4) en lo personal debo reconocer que mucha gente se acercó a saludarme ya que me conocían por escritos (sea en mi blog, en la web de Amerindia –que suele publicar algunos artículos que publico en mi blog- o en el facebook del Grupo de curas en Opción por los pobres que también publica algunas cosas que pongo en mi blog), y algunos con saludos o comentarios que me avergüenzan pero alegran.

Dentro de las evaluaciones (todas positivas) se hicieron propuestas – todas aplaudidas – de mayor participación de los teólogos jóvenes, mayor participación de iglesias hermanas, de indígenas y afroamericanos, de grupos con diversas orientaciones sexuales (gays, lesbianas, etc…). ¡Cómo se hará sin hacer un encuentro que dure un mes? Tarea para pensarlo sabiendo que siempre habrá temas pendientes. En lo personal una reflexión: como en todas las cosas que tienen que ver con la sabiduría, creo que la mayor edad (salvo en aquellos que se “quedan” y se han “detenido”) es símbolo de más conocimiento. Y no quisiera que en aras de rescatar el justo y necesario lugar de los jóvenes se pierda la riqueza de los que siguen acumulando sabiduría. Obviamente un teólogo de 30 años tiene 10 años de lecturas de libros; un teólogo de 80 tiene 60 años de lecturas que no deberíamos desaprovechar. Eso no quiere decir “escuchar siempre a los mismos” (y menos a aquellos que desde hace años repiten siempre lo mismo) pero si a aquellos que pueden aportar al tema propuesto en el Congreso (o que pueden aportar un testimonio). Pero cabe soñar con más, nuevos y siempre mejores congresos como el vivido.


Logo del congreso tomado de http://www.amerindiaenlared.org/congreso2015

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