sábado, 19 de diciembre de 2015

¿Primavera de la Iglesia?

¿Primavera de la Iglesia?


Eduardo de la Serna


Muchas veces escuchamos decir que con Francisco ha vuelto la primavera a la Iglesia. Una primavera como la que empezó a partir del mayor evento eclesial en siglos: el Concilio Vaticano II. Pero rápidamente vino el frío gélido de la Europa del norte (Polonia, Alemania). Un invierno que duró mucho, ¡muchísimo!, más que la primavera (además de la curiosa sucesión de estaciones). Y aparentemente, con el ascenso de un Papa latinoamericano volvimos a la primavera. Los gestos del Papa, las palabras del Papa, la repercusión en los Medios de Comunicación llevaron a esta conclusión. Pero…

Y aclaro, mi “pero” no hace referencia en este caso al Papa, sino a “la Iglesia”. ¿Hay primavera?

+ en Europa, al pedido clamoroso del Papa de que obispados, parroquias, santuarios y monasterios abran sus puertas a hermanos migrantes recibió de más de un obispo como respuesta: “no pienso hacerlo”: http://www.telam.com.ar/notas/201509/119223-europa-union-europea-hungria-obispo-crisis-migratoria-refugiados-inmigrantes-inmigracion-papa-francisco.html

+ en EEUU las relaciones con las religiosas no ha mejorado desde la cacería de brujas ratsingeriana, y las acusaciones, sospechas o dedos señaladores siguen vigentes;
¿Y en la América Latina del Papa?

+ en Perú el cardenal Cipriani (Fujimorista, acusado de corrupción entre otras beldades) fue criticado por plagiario. Escribió artículos citando textos del magisterio sin señalar los autores. El conservador diario El Comercio, que lo tenía de columnista lo “echó” y el pleno de los obispos peruanos salió a defender al plagiario. http://utero.pe/2015/08/28/cisma-la-mitad-de-los-obispos-del-peru-firma-acta-de-sujecion-a-cipriani-y-la-otra-no/0

+ en Paraguay, aunque el Papa cite en la Laudato Si a los obispos del Paraguay y celebre misa en el Bañado, nada dicen los obispos de lo mismo que cita y pide el Papa en la Encíclica;

+ en Chile, se critica al Cardenal por el nombramiento del obispo de Osorno, ligado al “caso Karadima”, y el mismo caso sobrevuela en las denuncias de cartas entre los dos cardenales (Errázuriz y Ezzati) de presión al gobierno y acusación de sacerdotes [“da vergüenza ser católico hoy en Chile”, me dice un amigo activo militante eclesial, laico chileno]

+ en Colombia el cardenal Salazar hace suya la postura más recalcitrante contra las mujeres, y varios obispos han criticado las disposiciones sobre la gratuidad de los trámites de declaración de nulidad matrimonial [

+ en Argentina diarios “honorables” critican la encíclica Laudato Si sin que a ningún obispo se le caiga una mera defensa de la figura del Papa (si la crítica la hubieran hecho otros o hubiera sido sobre otro tema parece que la reacción episcopal habría sido distinta) y sigue sin ser clara la posición de gran parte del Episcopado ante los crímenes y juicios a causa de la dictadura…

Y podríamos seguir: poca participación de pueblo de Dios en las celebraciones cotidianas (no así en Semana Santa, por ejemplo); escasez de vocaciones religiosas o presbiterales; incapacidad eclesiástica de mirar el mundo, la realidad, la muerte y la vida del pueblo centrándose exclusivamente en reflexiones siempre intraeclesiales… y entonces me pregunto: ¿de qué primavera hablamos? Porque el “calentamiento global” no impide inviernos o primaveras, aunque – según las regiones – se note menos. Pero para hablar de primavera hace falta mucho, ¡muchísimo!, más. Más que un Papa. Hace falta descongelar mentes, liberar de los miedos, abrir ventanas. Una primavera es otra cosa. Y la recepción eclesial de los documentos Evangelii Gaudium y Laudato Si puede ser un buen síntoma de que es más fácil mandar documentos al freezer que cambiar corazones y dejar entrar el Espíritu Santo.


Foto tomada de www.aimdigital.com.ar

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