domingo, 20 de diciembre de 2015

Un comentario a los comentarios

Un comentario a los comentarios


Eduardo de la Serna


Es un fenómeno extraño ver en diferentes ocasiones los comentarios que lectores, oyentes, etc… hacen a las opiniones de otros. Sin duda es una interesante herramienta que permite entrar en diálogo, formular preguntas, encarar nuevas aristas no pensadas, escuchar otras campanas, etc.  Pero – y a esta parte de la cuestión, no a la anterior, me quiero referir – también  hay espacio para descargas casi cloacales, campañas pagas para inundar con nombres falsos las redacciones o audiencias (es lo que llaman “trolls”). Así, los lectores u oyentes creeremos que “la gente” está de otro lado, o tiene otra opinión… Si hasta en la excelente serie “Los Simuladores” mostraron una escena de estos “operadores”. Pero tampoco esto, parte de la campaña política (o anti-política) me interesa, sea en los comentarios de diarios, mensajes en radios, o algún programa del domingo a la noche por la Tele. Sigue siendo lo mismo, que no merece análisis, sino simplemente estar alerta.

Me interesan los comentarios a artículos. Es más, me detengo en especial a lo que pude ver en Facebook. Como no consumo Facebook veo lo que otros me han mostrado. Y tampoco me refiero a los comentarios de amigos que felicitan por una foto, que halagan a una persona o comentan brevemente un hecho, ni siquiera al “me gusta”. Lo que me llama la atención – en este caso – es otra cosa: hay comentarios que manifiestan a las claras simplemente que solo interesa “comentar”, pero no han leído el texto. Algo necesitan decir y lo dicen (con derecho, que eso no se cuestiona) pero poco o nada tiene que ver con lo publicado. Otros contestan cosas que no se han planteado, que es como preguntar cómo te llamás y responder 26 años. Otros responden lo que han querido escuchar (y sería recomendable – si de diálogo hablamos – escuchar / leer bien lo que el otro o la otra plantea antes de empezar a hablar, ¿no? Para que sea encuentro y no bi-monólogo). Otros agreden, como si eso fuera respuesta, o como si calificar o descalificar al que dice algo calificara o descalificara su opinión (me han preguntado, por ejemplo, ¿y vos qué haces? Y no me interesa responder. No importa si soy el tipo más coherente o más incoherente del planeta. En esto, lo que cuenta es si lo que se escribe / dice es o no sensato, valioso, aporte, o no lo es). 

También me resulta curioso aquellos que en algo publicado en Facebook “me” contestan o preguntan como si yo estuviera del otro lado (¡no tengo Facebook!, lo repito) y también casos aislados… me mostraron algunos comentarios a lo que escribí del viaje del Papa respondiendo con slogans, citas bíblicas, (y hasta algún insulto, o alguno que parece casi despechado). Algunos parecen formateados por la inundación visual de los Medios de Comunicación Social y pareciera que nada pueda pensarse de otra manera, relativizarse, o hasta cuestionarse. Es notable. Y, curiosamente, pensar distinto, o plantear, cuestionar (es decir “preguntar”) es visto como no-constructivo, destructivo, etc. En lo personal creo que preguntarse, dudar, tratar de aportar otra mirada es sencillamente sano, humano, y cristiano. Evidentemente si escribo una opinión seguiré creyendo que es la más sensata, o correcta, mientras – diálogo mediante – no se presenten alternativas, matices, o críticas fraternas, pero – y sigo con el ejemplo del viaje del Papa – si yo trato de pensar el sucesor de Pedro como obispo de Roma y hago planteos que pretenden ser teológicos y por respuesta (además de insultos o despechos) me “tiran por la cabeza” una cita bíblica (que es todo lo contrario de lo que yo creo que debemos hacer al leer la Biblia) realmente no veo diálogo posible. No veo viable comentar ese tal comentario, pero parece que esa es parte de la ficción: las redes sociales – que tanto aportan – a veces nos hacen creer que estamos comunicados solo porque hemos podido publicarlo, y seremos felices cuantos más “me gusta” tengamos. En lo personal, los amigos y amigas, ¡me gustan de carne y hueso!

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