sábado, 19 de diciembre de 2015

"¡Señora presidenta!"

“Señora presidenta…”

Eduardo de la Serna



Con esa casi jocosa mirada a cámara, a suerte de latiguillo, un conocido periodista periódicamente parece interpelar a la mandataria y, simulando un consejo casi paternal, habla en realidad a su auditorio en una especie de complicidad celebrada.

La creatividad del medio parece haberse agotado y luego de una hilarante “carta abierta” de quien en vida periodística fuera Alfredo Leucovich al Papa Francisco, la cual llegó incluso a creer que fue respondida, encontramos una nueva “carta abierta” a los argentinos de tan pobre factura que ni forma de carta tenía. Y para colmar nuestra agotada capacidad de sorpresa nos desayunamos hoy con una “carta abierta” a la presidenta firmada por quien dice ser Luis Majul, periodista.

Debo confesar que hay ciertos títulos que me parecen de tanta grandeza que yo trataría de usarlos muy poco, casi nada: poeta, teólogo… periodista. Que alguien esté en cámaras no lo transforma en actor, evidentemente. Y ver que se entrevista a alguien y debajo dice “Fulano/a actor/actriz” en una tierra que tan buenos ha dado me resulta casi insultante en la mayoría de los casos. Del mismo modo, que alguien tenga un micrófono, que comunique algo (noticias, campañas, operaciones…) no lo transforma en periodista. 

Para empezar recuerdo que una vez fui entrevistado radiofónicamente por Luis Majul. No recuerdo el motivo, pero sí recuerdo que en toda la entrevista no logré ser entendido. Tanto que hasta estuve tentado de decirlo al aire, de preguntar si no había en mesa alguien que pudiera formular las preguntas y tuviera capacidad de comprender las respuestas. Alguna vez, no demasiadas por un tema de intolerancia, vi algún programa, o parte de él en el que paseaba impunemente su oquedad por las cámaras. Me acuerdo cuando en tiempos que se hablaba de los sobres de Gostanian, o de Santibañez que una amiga periodista (periodista esta sí, en serio) me comentaba haber visto a alguno que anda en la cornisa de la sensatez en una camioneta 4x4 negra, patente 601 (¡nada menos!) cosechando su siembra. El plato fuerte fue cuando, en una patente demostración de incapacidad le pide entre otros a Víctor Hugo Morales que presente un libro que afirma haber escrito. Ante todos Morales afirmó que ciertamente nada de periodismo de investigación había en esas hojas. Desde entonces, VHM pasó a engrosar la espantosa lista del “eje del mal”, cosa que luego fue acentuada por Pablo Sirvén, después de pasar un horrible papelón en cámaras ante Cynthia García, entonces columnista de VHM, y luego también panelista en “6, 7, chorro” -creación lanatiana que Luisito repite sin manifestación de creatividad alguna- hablando de VHM como de “Converso”. Resulta que ahora un notero de “6, 7, 8”, programa que tiene todo el derecho del mundo de no apreciar, pero que viendo cuánto molesta y a quienes, uno sospecha que lo que incomoda no es que hagan política (como el no político Macri ha afirmado) sino quedar escrachados una y otra vez en su incoherencia (o mejor dicho, en su evidente coherencia detrás de los sobres del poder). Lo cierto es que el notero le preguntó por un aparente subsidio santafesino, que bien podía el dizque periodista responderle que no era cierto por A o por Z, pero en patente demostración de intolerancia comenzó a preguntarle cuanto ganaba (el notero) y si sabía cuánto ganaba “el mercenario Gvirtz”, como si eso fuera importante, y como si el joven debiera saber el salario de su empleador. 

Ahora, en la mencionada carta abierta vuelve intolerantemente, una y otra vez, con metáforas caninas no demasiado elaboradas (en 14 párrafos 11 veces alusiones caninas no es mucha creatividad, ¿no?) además de otras no demasiado geniales (Frankenstein, Goebbels). El pequeño “periodista” nomuyilustrado parece convencido que los libros que él ha firmado (¿escrito?), un libro por salir en “mi editorial” (de paso, chivo), son capaces de hacer tambalear un gobierno que, así lo desea, está por implosionar en cualquier momento.

Curiosa carta abierta, en suma. No que sea abierta de mente, por cierto. Ni de creatividad. Ni de osadía. Simplemente abierta para que todos puedan leerla y ver cuánta amplitud, cuánta tolerancia ante los “perritos falderos”, cuánta cosa buena en La Cornisa Producciones, en la editorial Margen Izquierdo o en los libros dizque escritos puede encontrarse. Y que lo sepa el próximo gobierno, y vaya preparando los sobres.

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