sábado, 19 de diciembre de 2015

Un año electoral



Algo sobre un año electoral

Eduardo de la Serna



No es noticia para nadie que estamos en un “año electoral”. Esto significa, para algunos, “año de embarrar la cancha”. La ley puede decir lo que quiera sobre cuándo empieza la campaña, lo cierto es que Massa, Scioli y Macri (la Santísima Trinidad clarinista y de los “fondos vinchuca”) empezaron la misma una semana después de las elecciones de 2013. Los tres tienen – con idas y vueltas – la más poderosa maquinaria propagandística de la Nación que es el conglomerado mediático. A esto hay que sumarle el “partido judicial” que se sintió habilitado cuando los cacerolos marcharon a su convocatoria y en una catarata de medidas pareció que “a los K” se les vino la noche. Pero dejo a este “partido judicial” cada vez más alejado de la justicia para otra ocasión (¡y la habrá!) y dejo también a la Trinidad que “estridente sonó”. Y – una vez más – me sorprende la dizque oposición en genral. Cada vez más a-posición, o de-posición o indis-posición. 

  • Gracioso es lo de UNEN (sic) que no llegó a presentarse y ya no existe. Sólo comparable al “cordobesismo” de la Sota de copas en cuanto a lo efímero… 
  • Grave en cuanto a lo absurdo es el anuncio de la diputada mandato incumplido Elisa Carrió, no sólo de anunciar que por enésima vez no concurrirá al Congreso sin que nadie le descuente el sueldo (dieta no… ¡hablamos de Carrió!), de exigir que no la maten (¿cree que está viva?) y de anunciar un “auto-golpe” que – como siempre – cuando no se cumpla dirá que fue gracias a su valentía, coraje y firmeza incorruptible de defensa de la republiquita. 
  • Massa haciendo papelones con Mirtha Legrand (en realidad, ir a lo de Mirtha Legrand es un papelón) quedando como un “nada” ante un actor que lo puso en su lugar. 
  • Del Sel, que después de una ferviente actividad en el Congreso renuncia para dedicarse a la campaña como Gobernador de la indescifrable provincia de Santa Fe. 
  • Macri, que tiene más credibilidad que otros porque siempre dijo quien es (un representante conspicuo del establishment) sabe que no puede ganar sin el peronismo y dice que es peronista y reivindica en un 100% las banderas peronistas (que es como decir que yo soy Brad Pitt). 
  • Y Scioli,  que no pudo hablar demasiado en la crisis del 18F (porque sabe que fuera del FpV no mueve el amperímetro) y cuando decía algo era tipo “hay algunos que…” (nunca un nombre, nunca un compromiso claro). 

Lo que resulta evidente es que todos, con sus matices por aquí o acullá defienden un modelo. Un modelo que cada vez resulta más claro: unilateralismo, no injerencia del Estado en la economía (¿no es curioso? Los que hablan de libertad e independencia… en los Medios, la justicia o la economía hablan de la “no injerencia” del Estado y aceptan la omni-injerencia del poder económico en esos ámbitos), desentenderse de los “débiles” (inclusión vs. exclusión)… La gran propuesta que se escucha en la “opo” es derogar todo (o casi todo), especialmente la Ley de Medios (para tener el aparato publicitario de su lado los dos primeros años, Magnetto dixit), la ley de inteligencia (para tener sus propios Anzorregui o De Santibañez, pareciera)… curioso en los que no derogaron o propusieran derogar las “leyes” de la Dictadura. Ahora, ¿propuestas? ¡No, gracias! ¿Ideas? Naaa. La cosa es instalarse en la imagen pública. Por eso hay que salir a buscar a los que están “ya instalados”, sean quienes fueren: actores, deportistas, “periodistas”… ¿Políticos? ¡No! ¿Para qué? Si se trata de la no-política. 

¿Y por el lado del gobierno? Tema complicado. Porque con una oposición tan absurda se alienta cualquier cosa. Es como competir contra la nada misma (aunque ganara). No es necesario análisis, propuestas, proyectos sesudos. Total no participan en los debates, no van a las cámaras (legislativas, porque a las de TN sí que van. A lo mejor nadie les explicó las diferencias). Y – problema – ante la ausencia de un lado, corremos el riesgo de quedar todos indiscriminadamente del otro (porque de año electoral se trata). Los K, los algo K, los poco K, los K críticos, o los que quieren algo serio, o lo que beneficie e incluya, los que quieren una unidad latinoamericana, un multilateralismo, que el Estado sea el que intervenga en el rumbo de la economía (porque la mano “invisible” del mercado es tan perversa como ciertos “silencios”) y las políticas sociales de inclusión…

Una última cosa: es evidente que (aunque lo quieren) los impresentables opositores (e incluyo a Scioli en este grupo) no pueden afirmar que acabarán con las leyes sociales, las políticas de inclusión, el presupuesto educativo, las jubilaciones universales, la Asignación Universal por Hijo y Embarazo, etc… No pueden decir que están en contra de todo esto porque eso sí sería un auténtico “auto-golpe”. Por eso la estrategia es otra (y es así siempre y en todos los temas y tiempos), la cosa es criticar – y demoler si es posible – a quienes la llevan adelante: la yegua, la Kretina, en primer lugar (y machismo incluido). Los abanderados de la no-política no pueden hablar en contra de la misma, por lo que hablan en contra de políticos. Y cuentan con todos los medios de su lado para hacerlo… pero no cuentan con el pueblo. Pretender esa conquista es su “año electoral”, pretender que no lo consigan es nuestro deseo. Y militancia.


Dibujo tomado de www.periodismoglobal.cl

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